Mienten los obispos españoles. Pero, los obispos no deberían mentir. Los obispos españoles no deberían
mentir. El obispo de Donostia, Munilla, tan pulcro, tan mono él, no debería
mentir. Que mientan los políticos, nuestros gobernantes va de soi, pero los obispos, no. No deberían.
La doctrina católica, en el 8º mandamiento, es taxativa al respecto. El “Catechismum Catholicae Ecclesiae” dice:
2464 Octavum praeceptum
veritatem in relationibus cum aliis prohibet deturpare. Haec moralis praescriptio
ex vocatione provenit populi sancti, ut testis sit Dei sui qui est veritas et
qui veritatem vult. Offensae contra veritatem exprimunt, verbis vel actibus,
reiectionem se in rectitudine morali obligandi: fundamentales sunt
infidelitates Deo et, hoc sensu, Foederis suffodiunt fundamenta.
2483 Mendacium est
directissima contra veritatem offensa. Mentiri est contra veritatem loqui vel
agere ad inducendum in errorem. Mendacium, relationem hominis ad veritatem et
ad proximum laedens, fundamentali nocet relationi hominis eiusque verbi ad
Dominum
2508 Mendacium est falsum dicere cum intentione fallendi proximum.
2509 Culpa contra veritatem commissa reparationem postulat.
Lo que, en
su versión en español, y para los que hayan olvidado, o nunca aprendido, el
latín, resume en el octavo mandamiento:
“No dirás falso testimonio ni mentirás”
Pero ¿ a qué viene este exordio sobre el 8º mandamiento?
¿Acaso el importante no ha sido, siempre, el sexto? ¿Desvaríamos en la Caballería Roja?
Pués viene, aclaramos, a que por estas fechas, andamos todos los ciudadanos líados
con nuestras declaraciones de la Renta, que si a pagar, que si a devolver…..
Y a que, la Conferencia Episcopal hace campañas de publicidad engañosa con la crucecita.
Y qué, para resumir, a que los obispos españoles, el obispo Munilla,
el Portavoz de la Conferencia Episcopal, mienten mendazmente cuando afirman que
la Iglesia Católica Española está sostenida, financiada, pagada…por los
contribuyentes que ponen la cruz en su declaración de la Renta.….y esto es una
solemne mentira. Una patraña.
La Iglesia Católica en España está sostenida, pagada, financiada,
subvencionada por TODOS los
contribuyentes españoles, los que ponen la cruz y los que no.
Nos explicamos:
1º. Los que ponen la cruz pagan menos para los gastos
generales del Estado, porque una parte de lo que deben pagar lo sisan, lo
distraen, para pagar a su Iglesia.
Ejemplo: si dos contribuyentes han de pagar 1oo, dadas sus
bases contributivas similares, para el sostenimiento del Estado, el de la cruz
dedica 100-x a ese sostenimiento, porque la “x” la detrae para su Iglesia.
2º Porque, para que no fuera así, los que van a poner la
cruz primeramente tendrían que pagar el impuesto total que les corresponde,
igual al de los que no ponen la cruz, y luego, además, a más a más, pagarían lo
que quisieran para sostener a su iglesia.
3º Lo que implica, además, que los que no la ponen tienen
que pagar más de lo que les correspondería si todos pagasen. Puesto que, dados
los Gastos del Estado, si unos pagan de menos, otros habrán de pagar de más.
4º O, dicho de otro modo, del total de lo que pagan todos
los contribuyentes, el Estado dedica una parte a subvencionar, financiar,
sostener a la Iglesia Católica y, claro
está, lo que dedica a la Iglesia no lo dedica a la sanidad, a la educación, a
las carreteras….a nuestra querida familia real….
5º Y, finalmente, si el Estado no tiene la obligación Constitucional
–que no la tiene- de sostener a la Iglesia Católica, y lo hace por devoción, o
por temor al castigo eterno o al poder terrenal de la Iglesia,.…..los
musulmanes, los mormones, los adventistas del 7º día, los judíos, nosotros los
ateos de la Caballeria Roja quizás también podríamos pedir nuestra crucecita,
nuestra pequeña parte en la rebatiña católica, aunque no podamos amenazar ni con la condenación eterna ni con nuestra rebelión terrenal.
6º Dicho todo lo cuál, los buenos católicos españoles, ese
casi 76 % de ciudadanos españoles que se declaran católicos – que usan de la
iglesia para sus bautizos, primeras comuniones, boda y funerales- podrían y deberían sostener digna, y más que
dignamente, a la iglesia y sus dignatarios, yéndose al cepillo de su parroquia,
o a la cuenta corriente del obispado, a depositar –después de pagar pulcramente
los impuestos que deben, al igual que sus conciudadanos- su óbolo para el culto
y clero. Después, insistimos, de haber pagado todos sus impuestos como sus
conciudadanos.
Todo lo demás es mentira y falacia. Mentira que comparten
los obispos, nuestros gobernantes, del PP y del PSOE, y los ciudadanos que,
engañados o mal informados, sostienen que con su crucecita sostienen a la
iglesia. Mentira podrida.
Para terminar: no nos
tomen por tontos. Obispos y gobernantes, si quieren que paguemos –a espaldas de
su sagrada Constitución, y contra ella- pagaremos. Nada podemos hacer para
evitarlo. Pagaremos. Pagamos. Pero no nos mientan. No pretendan engañarnos. Un poco de
respeto. No nos tomen por tontos.
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