Con el "ruido" que se ha montado al aparecer milagrosamente las tarjetas "black", en la "Caballería Roja" hemos recogido tres comentarios ilustrativos, y algo diferentes de la opinión mediática de estos días:
1. Nuestra propia opinión:
1. Nuestra propia opinión:
Mucho ruido y pocas nueces….
Entretener al honrado pueblo español es fácil tarea. Se
contenta con poco. Ocupado su tiempo de ocio, y de tertulia laboral, en el
fútbol, el tenis –si gana Nadal-, la fórmula 1 –cuando ganaba Alonso- y la
tertulia de toda la tarde del “Sálvame”, le queda ya poco tiempo disponible
para otros “circenses”.
Así pues, la tarea de la clase política y de los medios de
comunicación –que también, claro, son “honrado pueblo español”- es sencilla. No
han de quebrarse mucho la sesera buscando amenidades y entretenimientos.
Ahora, con las tarjetas “black” han encontrado un auténtico filón mediático. Villanos que
compran lencería -¿fina, para las queridas? ¿recatada para las esposas?- que
gastan en pubs -¡a saber!- en cacerías, en “El Bulli” –pués ¿quién nos creemos
que llena las reservas de nuestras estrellas Michelin?-…..villanos….¡a por
ellos!
Ya tiene, el honrado pueblo español, con qué indignarse –sin
exceso, sin pasar a mayores, que tampoco hay que exagerar- con que poner a
parir a los “políticos”….
Aquí, en la “Caballería Roja” también los calificamos de
villanos, y más. Pero no nos queremos dejar distraer:
Estos sujetos no son sino los últimos descubiertos. Pero no
los únicos. Hay una clase político-empresarial que goza, con crisis y sin ella,
de unos privilegios económicos desmesurados. Los salarios de Presidentes y
altos empleados, de consejeros, de asesores, de las grandes empresas
(Iberdrola, Telefónica, Iberia, Banco de Santander, BBVA…..la Caixa…grandes
constructoras, Florentino….) son un escándalo, son un abuso, son un atropello.
Salarios de cientos de millones de euros, fondos de pensiones estratosféricos,
contratos blindados con indemnizaciones multimillonarias, prebendas de todo
tipo –incluídas, claro, tarjetas…”black”, platino, oro y plata…-
Y, por si fuera poco,
tributaciones a la Hacienda ridículas en comparación con las de sus trabajadores.
El primer día que saltó el escándalo de las tarjetas de
Bankia-Caja Madrid, apareció discretamente la noticia de que Hacienda
investigaría si era práctica habitual en las empresas del Ibex…..¿alguién ha
vuelto a leer, ver u oir, en algún medio
de comunicación, algo más al respecto?
O ¿nos quieren hacer creer que todo esto es cosa de un par
de “malvados”, de Blesa y de Rato?
Así que todo quedará en eso “mucho ruido y pocas nueces”.
El país continuará sumergido, por 25 años más, en una crisis
de la que saldrá, cuando salga, arrastrándose. Nos entretendrán con
Urdangarines, Bárcenas y Blesas….nos indignaremos –sin excesos, insistimos: una
tertuliana de la tele se “enorgullecía” hace días de que el “pueblo español”,
pese a lo que está sufriendo –paro, preferentes, desahucios, etc.etc.- se
estaba portando “responsablemente” sin saltar a la calle, sin “desordenes”-
2. Javier Ybarra, en sus "Perritos calientes desde el caserío de Maruri"
1.De haber sido contemporáneo de Blesa, Juan Antonio
Zunzunegui estaría ahora escribiendo la segunda parte de sus “Novelas de la
quiebra”. En ellas narraba las desventuras de un banco bilbaíno – el Crédito de
la Unión Minera - ligado a la Casa Aldama y al Banco Central, cuyos consejeros
disponían a su antojo de la caja. El banco fue declarado en quiebra fraudulenta
en enero de 1.925. El 16 de febrero, un juez de Bilbao decretó el ingreso en
prisión de su director (Juan Núñez Anchústegui) y de varios consejeros. El 23,
ordenó el embargo de todos sus bienes y ese mismo día, el agente de Cambio y
Bolsa que había intervenido en las operaciones fraudulentas, Manuel Aranaz
Castellanos, mientras marchaba por el camino de Rekalde, se pegó un tiro con
una “Velodog” del calibre 8. Al día siguiente, entraron en prisión el resto de
consejeros. Hoy nadie se suicida por estas “pequeñeces” porque el honor ha
dejado de ser un valor en alza.
2.Probablemente, la trama debía de contar con ramificaciones
entre diputados y senadores madrileños porque el caso le fue arrebatado al juez
y pasó a la jurisdicción del T.S. Eran tiempos de la Dictadura. Aún hoy es un
caso sin resolver. El asunto económico se zanjó con el Concierto Económico de 1.925,
cuando se devolvió el dinero a los accionistas estafados. Quien pagó el pato
fue el pobre Anchústegui, el empleado. Los demás, enseguida salieron a la
calle. Alfonso Escámez, cada vez que se dirigía a Amusátegui, lo llamaba, por
error, “Anchústegui”.
3.Como decía hoy un articulista – creo que en El
País – las formas son, en realidad, el fondo, y el comportamiento de estos
consejeros es como si los cardenales de la iglesia llegasen al cargo con la
misión de llevarse a casa los cepillos del templo. Mi querido amigo Pedro
Guerrero me contó que, cuando Mario Conde accedió al cargo de presidente de
Banesto, en su momento de gloria, le propuso ser consejero del banco, y él
declinó el ofrecimiento. Falta el olfato de Pedro en la vida política y
económica y, en cambio, sigue sobrando la misma cortedad de miras de siempre.
Saludazos
3. Antton Pérez de Calleja: "Ad hominem"
Un grupo de
cajas de ahorro, entre las que se encuentra una de las más importantes de
España, la de Madrid, pierde no menos de 22.000 millones y reclama una masiva
inyección de fondos públicos. La sociedad emite algunos lamentos sobre lo que
es la mayor crisis financiera de la historia. Varios años después se descubre
que un grupo de consejeros y directivos ha disfrutado de una tarjeta de crédito
opaca con la que han gastado unos quince millones. Enorme escándalo mediático
con dimisiones generalizadas y expulsiones. En un país en el que nadie dimite.
En un oscuro
territorio del Norte se descubre que un dirigente sindical sin tacha se ha
quedado con unos 1,5 millones de euros. Un sindicalista que ha conseguido a
base de innumerables huelgas y movilizaciones, que unas minas que deberían
haber sido cerradas hace 20 años hayan seguido abiertas provocando unas
pérdidas monumentales, no inferiores a unos 2.000 millones anuales, algo
aceptado hasta ahora como la cosa más normal del mundo. No hace falta decir que
el asunto ha despertado muchísimo más interés que el futuro del carbón patrio.
El país tiene
enormes dificultades para cuestionar al poder si no es mediante una crítica “ad hominem”. No se trata de resolver el
problema e impedir que vuelva a ocurrir. Se trata de buscar un culpable, tras
de lo cual todo sigue como antes. Asuntos eminentemente técnicos se transforman
fatalmente en enfrentamientos políticos.
Mientras tanto la
ciudadanía, inmersa en su autismo permanente, se indigna un rato y se carga en
razón, mientras los medios de comunicación, a los que solo preocupa el ruido y
la furia, se convierten por un momento en una sesión de fuegos artificiales.
Nada de eso sirve. Así no se modifican comportamientos ni se resuelven
problemas. Y todo esto en un país cuya economía está en ruinas, y que no se
puede permitir el lujo de no reformar.
Magnífico análisis. Resultado: una perpetua y al parecer inagotable decadencia.
ResponderEliminarSí, mucho nos tememos que la decadencia va para largo....y nadie sabe, ni quiere saber, en qué fondo nos dejará.
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